Su nombre proviene del rio amazonas, y a su vez este rio lleva el nombre de las mujeres guerreras, conocidas por su ferocidad, por su adoración a la Diosa de la Luna y por formar sociedades matriarcales.

De color verde azulado, la Amazonita abre y sana los chakras del corazón y de la garganta, desbloqueando y propiciando la comunicación amorosa. También trabaja eficazmente sobre el chakra del tercer ojo. Es una piedra extremadamente relajante que alivia el cerebro y el sistema nervioso, alinea el cuerpo físico con el Etérico, provocando un óptimo estado de salud. Equilibra los aspectos masculinos y femeninos del ser y muchos aspectos de la personalidad, ayudando a entender la multiplicidad de puntos de vista de las situaciones, aportando calma y confianza.

A nivel físico, trabaja la osteoporosis, problemas dentales, falta y exceso de calcio, equilibrando las deficiencias metabólicas. También alivia los espasmos musculares y dolores menstruales. Y es un excelente protector contra las emanaciones electromagnéticas (celulares, microondas, computadoras, etc.

Conecta y ayuda a comprender y manifestar el amor universal.